Descripción
RESUMEN
“Seguramente no es Alexy el mayor culpable de lo que está pasando en medio mundo con sus principios y su ponderación. El escribió en Alemania y pensando en Alemania, donde una ya larga cultura constitucional y algtin que otro escarmiento han servido para que los tribunales estén advertidos de los peligros del judicialismo sin límite y sobre las desventuras de un constitucionalismo inconstitucional. Pero en otros países la doctrina de Alexy o los desvarios de sus epígonos se han convertido en la gran excusa para mantener a raya a los legisladores hasta cuando en nada contradicen la constitución real de su país, lo que es tanto como decir mantener a raya a los ciudadanos, y para que el derecho, en lo que más importa, siga quedando a merced de las élites sociales, económicas y políticas y guardado por altos tribunales que bien saben a quién se deben, para quién deciden y donde hay que ponerle el límite a la ley para que la ley no sea jamás verdadero instrumento de transformación social profunda”.